viernes, 14 de noviembre de 2008

Dura tarea es hacer humor judío

Dedicarse al humor judio es una actividad dura, que exije profesionalismo y sacrificio; mucho sacrificio.

Noche a noche, independientemente de lo que a uno le pase, haga calor, frío, o llueva, la función debe continuar.

Los que hacemos humor judio, a veces nos sentimos descorazonados, o enfermos, pero la función debe continuar.

A veces el público está distraído, o ausente, pero la función debe continuar.

A veces uno piensa que el camino que ha iniciado llegó a su final, o entró en un callejón sin salida y que entonces es mejor parar, abandonar, cambiar.

Pero lo que se ha aprendido en tantos años no se olvida. Y la función debe continuar.

Haciendo humor judio, a pesar de la lluvia, de la desesperanza, de la falta de éxito en la búsqueda de la verdad, la función siempre debe continuar.

Haciendo humor nunca hay que darse por vencido.

Una vez, un gran autor dijo que todo el mundo era un escenario y todos los hombres y mujeres meros actores.

Es cierto: en la vida real, al igual que sobre un escenario, a veces dan ganas de rendirse.

Soportar tanta indiferencia, tanto dolor, tanta injusticia, tanta impunidad parece imposible.

Pero la función debe continuar. La vida debe continuar. La pelea debe continuar.

Porque, al igual que haciendo humor judio, esa es la única manera de no darse por vencido.

Esa es la única manera de volvernos invencibles.

1 comentario:

El Canilla dijo...

It's show time, folks !!