domingo, 1 de marzo de 2009

Pueblo elegido. Por Antonio Gala

"Debe estar claro: que se hayan cometido contra un pueblo delitos genocidas o antihumanos, no le autoriza a cometerlos él. El sionismo equivale a un fundamentalismo y es, por tanto, ciego y vengativo.Que no se escuden quienes usan Israel (no todos) en lo que contra ellos se realizó. Como compensación, se arrebató a otro pueblo su geografía -sólo parte- para crear o recrear una nación preferida de Dios. Dio mal resultado: rebrotó la codicia y el afán de extensión, el desprecio a otros pueblos y a sus vidas y a sus posesiones, y resucitó el terrorismo... Ahora no quiere convivir. Sin paz, sin límites, sin freno a la avaricia y a las falsas historias, el pueblo judío sucumbirá de nuevo. Como le sucedió en unas cuantas ocasiones: progromos, guetos voluntarios o no, exterminios, persecuciones, expulsiones... Desde Egipto a Sefarad, desde Canaán a Sión: todas tierras prometidas. ¿No haría bien preguntándose el porqué le ocurre siempre igual? ¿O estará el resto del mundo equivocado?"

El viejo antisemitismo enquistado en lo peor del alma de España, sigue ahí, fresco como si la historia no les hubiera enseñado sus lecciones. El Gran Gala, el poeta de Córdoba la de las Tres Culturas, el hombre refinado, muestra que generaciones de oscurantismo propalado por la iglesia española han hecho bien su trabajo.

Ese "rebrote" de la codicia y del desprecio a otros pueblos, contiene en sí la afirmación venenosa que no son nuevas; que vienen de otro brote anterior, que son características del judío, al igual que la mención de la avaricia, vieja marca infamante.
Pero lo más siniestro no son esas acusaciones, sino la del último párrafo. Leo eso de que "¿O estará el resto del mundo equivocado?" y pienso en su frase equivalente: "Algo habrán hecho".

Desde esta página de un rincón del mundo, yo, letrista de café, le digo al gran poeta Antonio Gala que se vaya a la puta que lo parió.