sábado, 29 de agosto de 2009

Lo dice nada menos que The Economist

En 2001 Portugal descriminalizó el uso de drogas.
A pesar de las funestas consecuencias predichas, ninguna de ellas ocurrió.
El consumo de heroína subió del 1% de la población, a apenas el 1.1%, cayendo el consumo de todas las demás drogas.
De hecho, la proporción de enfermos de HIV entre los adictos a la heroína descendió al 20% del anterior brutal 56%. Y el consumo de marihuana y hachís es hoy el más bajo de toda Europa.

Aquí, la Iglesia y otras corporaciones se oponen férreamente.