jueves, 28 de octubre de 2010

La función debe continuar


La función debe continuar.
No importa si hace frío o llueve,
si los espectadores no nos dieron sus preferencias esta noche, si rieron cuando no debían o si no lloraron tanto como esperábamos.

La función debe continuar, porque ese es nuestro trabajo:
mostrarle a la gente las ideas, las pasiones, hacerla reflexionar sobre la condición humana, conmoverla, provocarla, conseguir que salgan del teatro distintos y mejores de lo que eran cuando entraron.

La función debe continuar por encima de frustraciones y dolores. Debe continuar porque es nuestro deber de creadores militantes.

La función debe continuar, aunque es necesario que haya comenzado sin necesidad de esperanzas y proseguido sin necesidad de éxitos.
Si podemos llevarla adelante de esta manera tan despojada y austera, no seremos inmortales, pero sí eternos.

Y ese es el camino para volvernos invencibles.